FIRMA INVITADA: JAVIER FERNANDEZ ALEN
El Curso de Inteligencia Artificial (CIA)
La creatividad del legendario grupo de sabios de la Universidad Total Trasatlántica (UNITONTA) y la necesidad de competir por la excelencia universitaria son un acicate permanente para buscar y detectar nuevos nichos de negocios formativos con los que actualizar y enriquecer constantemente la oferta docente de la UNITONTA. Y en este desvelo constante por la excelencia formativa no podía faltar la instauración de un Curso de Inteligencia Artificial (CIA), cuyo acierto comienza por su propio acrónimo, evocador de la reputada agencia estatal estadounidense de inteligencia y espionaje.
¿De dónde salió la iniciativa de implantar el CIA? Pues de una doble constatación: por una parte, de la importancia que esta adquiriendo, día tras día, la inteligencia artificial en todos los ámbitos de la vida y, en especial, en el mercado financiero. Y, por otro lado, de la paradoja de comprobar cómo las grandes firmas digitales -las famosas GAFA- reciben importantísimas sanciones de las autoridades públicas, tanto europeas como estadounidenses, por recopilar, procesar y abusar de los datos personales de millones de usuarios de sus dispositivos y como esas sanciones multimillonarias no tienen el previsible efecto disuasorio sobre dichas compañías que no cesan en sus prácticas abusivas. Por lo que el grupo de sabios ha llegado a la conclusión de que aquellos abusos en la gestión de los millones de datos personales deben resultar rentables en términos coste/beneficio económico.
El tránsito desde la Inteligencia Artificial Responsable (IAR) a la Tontería Natural Rentable (TONARE)
De la anterior constatación paradójica nació la idea del crear el CIA como una iniciativa transgresora que dejara a un lado los prejuicios éticos en la gestión de la Inteligencia Artificial y pasara a dar al fenómeno un enfoque económicamente rentable desde el momento mismo de las formación de las lideresas y los líderes del sector, naciendo así, por contraposición con la Inteligencia Artificial Responsable (IAR) la especialización en la Tontería Natural Rentable (TONARE).
Naturalmente que este tránsito no ha de ser grosero y mostrar la verdadera finalidad del Curso, esto es, alcanzar la máxima rentabilidad en la gestión de la inteligencia artificial mediante el abuso masivo de los datos íntimos de usuarios (por ejemplo, mediante su venta al mejor postor); sino que debe ser disimulado desde el primer momento- en el seno de la UNITONTA- creando un Comité de Ética en la Gestión de la Inteligencia Artificial (CEGIA) que, amparándose en los estudios y análisis de un Observatorio en la Gestión de la Inteligencia Artificial (OGIA), estableciera Códigos de Buenas Prácticas en la Gestión de la Inteligencia Artificial (COGIA). En definitiva, se trata de una operación sistemática de blanqueamiento del CIA.
El programa del CIA
El programa del CIA participa de aquella operación de blanqueamiento y, por ello, se titula “Hacia la ética personal mediante la inteligencia artificial”. En su introducción, tras destacar el enorme potencial de la inteligencia artificial (IA) para ganar dinero, expone algunos ejemplos del uso rediticio de algoritmos propios de la IA, tales el uso eficiente de la tecnología de registros distribuidos (“blockchain”) y especialmente de las criptomonedas para el blanqueo de capitales y la evasión fiscal, la utilización de los datos de salud de las personas para seleccionar grupos de población rentables para venderles determinados tipos de seguros, el uso de la IA para eludir los controles de la ciberseguridad, etc. En definitiva, partiendo del hecho cierto de que el ser humano es débil y avaricioso por naturaleza, el programa del CIA quiere apelar a sus más bajos instintos para incentivar su dedicación el abuso intensivo e imaginativo de la IA.
De acuerdo con el enfoque anterior, el programa del CIA se basa en los siguientes Principios para la Rentabilidad de la Inteligencia Artificial (los famosos PRIA):
1º. Los sistemas de IA deben estar diseñados para disminuir, limitar y desorientar la autonomía del ser humano y buscar el bienestar particular de los propietarios de las empresas digitales.
2º. Los algoritmos que sirven de base a los sistemas de IA deben tener un diseño suficientemente flexible para causar errores o incoherencias beneficiosos para las empresas digitales durante todas las fases del ciclo vital del sistema de IA.
3º. Los registros digitales del comportamiento humano deben permitir que los sistemas de IA infieran no solo las preferencias, la edad y el sexo de las personas, sino también su orientación sexual o sus opiniones religiosas o políticas.
4ª. Debe garantizarse la opacidad de los sistemas de IA, sin permitir la trazabilidad o la explicabilidad del proceso de toma de decisiones algorítmico.
5º. Pueden incluirse tanto en los conjuntos de datos utilizados por los sistemas de IA como en los algoritmos que sirven de base a dichos sistemas sesgos históricos que permitan una discriminación directa o indirecta de determinadas capas de población o una explotación intencionada de sesgos del consumidor para una competencia desleal.
6º. Deben establecerse mecanismos que garanticen la elusión de la responsabilidad y la rendición de cuentas de los sistemas de IA, de sus creadores y de sus resultados, tanto antes como después de su implementación.
El éxito de Bonifacio como socio fundador de GIDASA
Con el paso del tiempo, el CIA, como era de esperar, ha tenido un éxito notable para la UNITONTA y para sus egresados, entre los que se encontraba Bonifacio, que antes había cursado en la misma Universidad UNITONTA el Curso de “Influencer” Político Digital (CIPODI) y cuya idea genial de sustituir en las redes, el “like” por un “bee”, le llevó al fracaso empresarial (así lo contamos en la entrada de este blog del pasado 12 de julio titulada “El Curso de “Influencer” Político Digital (CIPODI) y el extraño fracaso de su alumno más brillante, Bonifacio”).
Sin embargo, en esta ocasión, Bonifacio, en una muestra asombrosa de resiliencia, renació -como el Ave Fenix– de sus cenizas para aplicar las enseñanzas obtenidas del CIA en la creación de la compañía Gestión Inteligente de Datos Personales, S.A. (GIDASA), compañía mercantil dedicada a la captación masiva de datos personales de millones de personas, a su procesamiento algorítmico mediante sistemas avanzados de IA y a su venta a grandes compañías para su explotación comercial. En pocos años, GIDASA se ha convertido en una empresa líder global en el rediticio negocio del abuso de la IA y Bonifacio se ha hecho multimillonario y vive feliz y con su conciencia tranquila en una mansión alejada del mundanal ruido, esperando que llegue una sanción importante de una autoridad europea o norteamericana por abuso de datos personales, que sería la prueba definitiva del éxito de su proyecto empresarial.