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PG+PP: Reflexiones amables sobre el uso y abuso del “power point”

El acrónimo que figura en el título de esta entrada se corresponde con las palabras: “Pero Grullo con Power Point” como forma -un tanto provocativa- de entrada a unas reflexiones modestas y amables sobre el uso y el abuso del artilugio informático llamado “power point” que se extiende por todos los campos del saber y, muy especialmente, en las exposiciones de materias de regulación financiera, razón que justifica esta entrada.

Debo empezar por reconocer que el “power point” es una herramienta de uso generalizado en las principales universidades del mundo desarrollado (es más, en algunas de ellas parece que formara parte de la estructura ósea de los profesores). También es verdad que es muy útil para mostrar las imágenes de marca de algunas reconocidas y prestigiosas firmas de consultoría. En particular, el “power point” se muestra muy conveniente para sintetizar, en el marco de una exposición, las muy complejas relaciones jurídicas que se establecen en los mercados financieros.

Sin embargo, algunos ejemplos recientes de simplificación extrema en su uso han conmovido mi espíritu hasta el punto de  sospechar que se trata de un arma secreta que anuncia la globalización de “La conjura de los necios” o la aplicación generalizada de las “Leyes fundamentales de la estupidez humana” que Carlo M. Cipolla enuncia en su delicioso opúsculo “Allegro ma non troppo”. Es más, los efectos colaterales de su uso pueden ser muy incómodos para el ponente que lo utiliza porque he sido testigo, en alguna famosa universidad española, de cómo el uso del “power point” combinado con el descenso lumínico que su proyección exige en horas de sobremesa ha provocado las siestas más reparadoras que recuerdo por parte del público asistente. Bien es cierto que el conferenciante (en este caso, extranjero), inasequible al desaliento, extendía hasta el infinito –o, cuando menos, hasta bien entrada la tarde- su sabiduría sin importarle el estado de sueño que su verbo provocaba.

Y he de añadir que no es imprescindible el recurso al “power point” para hacer una buena presentación. Recientemente, he sido testigo de una muestra de ello con ocasión de la magnífica exposición que el profesor Luis María Cazorla desarrolló en el marco del XIII Congreso Harvard-Complutense sobre “La crisis financiera: Una perspectiva transatlántica” (“Financial crisis: A transatlantic perspective”) al que me refería en mi entrada del pasado lunes. En efecto, he de confesar que la conferencia que dictó el profesor Luis María Cazorla el pasado 21 de septiembre sobre “Los Mercados Alternativos Bursátiles como instrumento de financiación empresarial” en la Universidad de Harvard me reconcilió con la oratoria clásica en el mejor de los sentidos, esta es, la que no precisa más que la palabra justa y la mirada al público para explicar, aclarar y persuadir sobre materias complejas de la regulación financiera.

Sirva, pues, esta entrada, de llamada al “uso responsable” del “power point”.